La ciudad santafesina de Rosario continúa en situación crítica luego de los últimos crímenes cometidos por sicarios y vinculados al narcotráfico.

Ante esta situación, distintas entidades gremiales iniciaron medidas de fuerza ante la ola de violencia: no hay clases, servicio de transporte público ni taxis. Tampoco atención médica en los centros de salud, abastecimiento de combustible en estaciones de servicio ni recolección de residuos.

El sábado por la noche se conoció un nuevo hecho de violencia: el ataque a sangre fría del playero Bruno Bussanich, que falleció. Fue el cuarto asesinato ocurrido en solo una semana en la ciudad.

Previamente fueron asesinados el taxista Héctor Figueroa en una emboscada, Diego Celentano, también taxista, y Marcos Daloia, chofer de colectivos.