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Vuelos ''especiales'' en Chaco: en tres meses de vuelos de Aerolíneas Argentinas no hubo contagios a bordo
Chaco - Interés General
14/09/2020 14:08:00
Hasta el momento arribaron 1073 pasajeros a la provincia.

Mientras todo parece encaminarse para que el gobierno argentino autorice la reanudación de los vuelos regulares de pasajeros después de mantener en animación suspendida a la industria aerocomercial por seis meses, el siguiente obstáculo que se deberá superar será el celo, en muchos casos excesivo, que han demostrado los gobernadores provinciales a la hora de permitir el ingreso de personas a sus respectivos territorios (situación similar se vivió en Colombia, el último gran mercado doméstico latinoamericano que seguía sin vuelos regulares junto a la Argentina y Venezuela, hasta que finalmente los reiniciaron el 1 de septiembre).

Tanto el ministro de Transporte, Mario Meoni, y la Administradora Nacional de Aviación Civil, Paola Tamburelli, han manifestado que una vez obtenida la luz verde del ministerio de Salud y del poder Ejecutivo, se deberá coordinar con las autoridades provinciales la llegada de vuelos y protocolos específicos.

Y en ese sentido quizás sea interesante observar cómo ha sido la experiencia de la provincia del Chaco durante los últimos meses dado que su capital, Resistencia, ha sido una de las pocas que mantuvo cierto nivel de conectividad aérea «regular» con Buenos Aires.

A pedido del gobierno provincial Aerolíneas Argentinas reinició sus operaciones en mayo con un vuelo semanal hasta junio. En julio hubo una pausa, y durante agosto y septiembre se pasó a dos vuelos semanales y hasta un tercero desde Córdoba (que luego sigue a Buenos Aires/Ezeiza).

Esto se dio incluso cuando el Chaco era, después de la Ciudad de Buenos Aires y la provincia de Buenos Aires, el tercer distrito con más contagiados del país (entre julio y agosto la curva se estabilizó pero en las últimas semanas volvió a haber brotes importantes en el interior provincial). Actualmente, con 6.751 casos y 273 fallecidos se ubica en el noveno lugar).

De acuerdo a información oficial suministrada por la ANAC, entre el 1 de mayo y el 12 de septiembre inclusive el aeropuerto de Resistencia recibió 1.073 pasajeros en vuelos comerciales regulares o «especiales», es decir, los comercializados por Aerolíneas Argentinas, a los que se suman casi 380 en vuelos de aviación general (durante el mismo período de 2019 la cifra fue de 107.000 pasajeros).

Consultado sobre si han detectado casos de contagios de COVID-19 entre los pasajeros, el Dr. Ivancovich dijo que «hemos detectado pacientes que dieron positivo tras llegar pero de los 1.500 pasajeros no tuvimos ningún contagio relacionado con el avión. Los positivos detectados que arribaron en los vuelos admitieron que ya tenían síntomas antes del viaje pero querían volver a la provincia». Además nos dio otro dato clave que confirma lo que la industria viene manifestando hace meses: esos positivos no contagiaron a ningún otro pasajero que tuvo la mala suerte de compartir el avión con ellos.

En ese sentido, el Dr. Ivancovich fue tajante: «La gente es irresponsable, tenemos de todo».

Quienes arriban a Resistencia deben firmar un formulario con carácter de declaración jurada en el cual informan la presencia o no de ciertos síntomas compatibles con el COVID-19 y sus datos de contacto. Además se les toma la fiebre, y el pasajero común y corriente se compromete a aislarse por 14 días. Se intentó desarrollar una app que siga los movimientos pero no hubo avances, aunque de todas maneras Ivancovich dijo que «eso era al principio y quizás ahora ya no tiene que ser tan estricto porque estamos en otra situación».

Pero eso no necesariamente frena los casos: «Hemos comprobado que el que estaba con fiebre se tomó cinco pastillas de ibuprofeno y se subió al avión para que cuando baje no se le detecte la temperatura. La gente por miedo a que se la estigmatice no dice nada», relató Ivancovich.

Y contó un caso específico en el que fueron otros pasajeros quienes denunciaron a alguien que se pasó tosiendo todo el vuelo.

Si bien el espíritu original de estos vuelos era facilitar la «repatriación» de chaqueños varados en otros lugares o de «extranjeros» que todavía permanecían en la zona, también es aprovechado por políticos, funcionarios, trabajadores esenciales de diversos rubros y cierto nivel de tráfico VFR (para visitar familiares y amigos).

Por eso se vuelve clave la famosa responsabilidad individual contrapuesta con el hábito argentino de saltarse las reglas cuando éstas no le resultan convenientes.

«Me parece injusto que las aerolíneas carguen con las culpas, porque si la gente cumple la reglamentación no hay problemas», comentó Ivancovich.

Pero sí mencionó una crítica constructiva hacia la industria: que mientras estén vigentes las cuarentenas locales bloqueen por sistema la posibilidad de que alguien compre un pasaje ida y vuelta con pocos días de diferencia.

Sobre si sería viable exigir test PCR negativos manifestó que no, porque «no hay que hisopar solo por moverse».

«Si yo te lo exijo para ingresar a una provincia, Salud pública no te lo va a hacer porque no existe criterio clínico, así que hay que ir a un privado y eso tiene un costo extra. Y en el 98% de los casos ese test va a dar negativo porque el que se hisopa sin criterio clínico no da. Yo no te puedo hisopar por miedo», agregó Ivancovich.

Una pregunta obvia luego de tres meses con vuelos «regulares» fue si en base a la experiencia que han tenido cree que deberían volver los vuelos a nivel nacional, a lo que el Dr. Ivancovich dijo que «hoy con la experiencia chaqueña creo que sí, hay que ir largando gradualmente, se lo puede hacer y lo demostramos. Pensé que iba a ser peor, pero no tenemos contagios relacionados con los vuelos».

Consultado si desde Nación o incluso desde otras provincias no se pusieron en contacto para saber cómo se ha desarrollado la situación, Ivancovich dijo que no, pero que sí recibió comentarios de muchos pasajeros advirtiendo que en Resistencia los han controlado mucho más que en Ezeiza.

«Se puede seguir con los vuelos. Pero la gente no va a ser responsable y uno simplemente tiene que lidiar con ello», concluyó Ivancovich.

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