El hombre se dio cuenta que quería dedicarse a salvar perros después de adoptar a Teresa, una perrita sin hogar. En su plan original, él había pensado recorrer los mataderos en auto, pero se dio cuenta de que iba a poder ayudar más si se movía de manera más ágil.
Casualmente, comenzó a aprender a volar en 2013 como pasatiempo, un par de años después sacó su licencia, y en mayo de 2015, creó Flying Fur Animal Rescue. A principios del año pasado, compró su propio avión para hacer los rescates.
Ya salvó más de 800 animales desde entonces, muchos de los cuales fueron descuidados o maltratados. Para obtener más información sobre los esfuerzos de rescate que hace Paul y ayudarlo con una donación, puedes visitar su sitio flyingfuranimalrescue.org.