Le quitó lo que era suyo. Hizo historia con lo que era de otro. Con lo imposible. Contra el mejor de los mejores. Contra todos los pronósticos. Liverpool le sacó al Barcelona y, en especial a Messi, esa sensación de que no alcanzan los adjetivos para este equipo que acaba de hacer historia. Tremendo, único, impresionante, paliza... Los cuatro de Liverpool fueron un masazo para un equipo que ya saboreaba la final y se va con una, sin dudas, de las peores derrotas de su historia.