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Empato el Campeón de América
Internacionales - Deportes
06/03/2019 23:50:00
River encontró un golazo en la última bola y rescató un empate en Perú.Igualó 1-1 ante Alianza Lima, el equipo de Miguel Angel Russo. El juvenil Ferreira, de tiro libre, la clavó del ángulo para conseguir una igualdad agónica.

La suerte del campeón suele asignarse en partidos determinantes rumbo a un título. En este caso, más allá del rendimiento durante los 90 minutos y de lo justo que es la igualdad por lo hecho por ambos, la fortuna para River, para el campeón, llegó en el primer partido de esta nueva Copa Libertadores, justo en el estreno de su corona.

Cristian Ferreira se vistió de salvador. Lo que otras veces hicieron el Pity Martínez o Juanfer Quintero, esta vez lo hizo un pibe, un juvenil del semillero millonario de apenas 18 años. La clavó del ángulo. Le dio con la rosca perfecta en su botín derecho y dejó estéril el vuelo del arquero Pedro Gallese, que hasta ahí había tapado todo, incluso un penal.

Y River rescató un empate en su dura visita a Perú. El 1-1 que ya parecía una utopía, se hizo carne en la última bola. En la infracción a Suárez en el vértice del área y el remate exquisito de Ferreira.

No fue una actuación convincente la del campeón de América en Lima. Fue de mayor a menor, se encontró con un rival modesto pero también molesto. Y parecía haberse desinflado por completo cuando Santos Borré no logró empatar de penal.

Pero el corazón apareció de nuevo sobre el final. Otra vez con Matías Biscay en el banco y Marcelo Gallardo en el palco. Otra vez con la sonrisa de oreja a oreja tras un gol agónico y bien copero.

De arranque el trámite no coincidía con lo que podía vislumbrarse de una visita que se presumía de riesgo a Perú. Porque River controlaba el juego, no se achicaba, sacaba chapa de campeón de América y jugaba lejos de su arco, tomando las riendas y contando con las mejores situaciones de gol.

Con Enzo Pérez activo en el medio y Nacho Fernández determinante para romper líneas y aparecer en ocasión de gol, tuvo dos chances claras para abrir la cuenta: en la primera el arquero Pedro Gallese le achicó perfecto el ángulo y bloqueó el derechazo fuerte y cruzado En la siguiente volvió a fallar la puntería tras una gran jugada con doble pared para meterse en el área.

La pelota flotó desde el costado derecho impulsada por las manos de Rodrigo Cuba. Superó a Pinola, falló Martínez Quarta, que intentó despejar y terminó chocando. Y lo aprovechó José Manzaneda para empujar al gol ante el cierre tardío de Montiel y la sorpresa de Armani, que poco pudo hacer.

Fue un concierto de errores de la defensa de River. Y un golpe inesperado para lo que hasta allí había sido el trámite del encuentro.

Con Marcelo Gallardo en un palco (sigue suspendido por aquella infracción en Porto Alegre cuando en la revancha de las semis contra Gremio bajó al vestuario e incumplió su sanción) nuevamente era Matías Biscay el encargado de dar un golpe de timón.

En el segundo tiempo se jugó a lo que quiso Alianza Lima. Demoró las acciones, se agazapó cerca de su área y apostó a la contra. En River, primero entraron Suárez y Ferreira por Pratto y Quintero para renovar el ataque. Y luego fue el turno de De la Cruz por Ponzio. Pero lo que muchas veces fue solución desde el banco, en este caso sólo aportó confusión a un equipo que fue de mayor a menor.

Cuando peor estaba llegó la jugada que pudo haber cambiado el trámite. Otra vez una acción aislada que poco tenía que ver con el trámite. Porque un blooper a la salida de un tiro libre ofensivo derivó en el centro al área de Pinola y en la mano grosera de Rodrigo Cuba.

El colombiano Wilmar Roldán sancionó correctamente el penal pero el bueno de Pedro Gallese adivinó perfecto el disparo de Santos Borré y tapó el empate con una atajada fenomenal contra su palo derecho.

Ni así podía River. Y ese manotazo salvador del arquero parecía ser el instante que marcaba la sentencia.

Pero no era un equipo más. Era el campeón. Y River fue hasta el final. Y Alianza Lima cargó de infracciones su propia área. Y el pibe Ferreira, con apenas 18 años, se vistió del Pity y de Juanfer. No fue una zurda, esta vez fue un derechazo perfecto. Aunque el grito copero fue el mismo.

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