"Se verifica que la producción de la industria de alimentos y bebidas todavía no se recupera", consideró el presidente de la entidad, Daniel Funes de Rioja.
En ese sentido, evaluó que las cifras muestran "la necesidad de continuar con las reformas de segunda generación para impulsar una mayor competitividad, tanto en el plano de costos logísticos, como reformas fiscales, costos laborales no salariales y acceso al financiamiento por parte de las pymes y economías regionales".
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En el período enero-septiembre 2016, el nivel de actividad de la Industria de Alimentos y Bebidas (IAB) cayó un 2,6% respecto del mismo período del año anterior. Si no se tiene en cuenta a los sectores oleaginosos, la caída fue aún más pronunciada, del 4,7%, calculó la entidad.
En ese sentido, indicó que el segmento de bebidas sin alcohol cayó un 12,7%; pesca un 9,2%; lácteos un 9,1%; vinos un 7,4%; harina de trigo un 6,6% y carne bovina un 5,9%.
Los productos de las economías regionales que mayor pérdida tuvieron en el transcurso del año fueron el aceite de oliva con un 54,7%; durazno con un 51,8%; yerba mate con un 40,5%; leche en polvo con un 36%; productos lácteos con un 33,6%; carne aviar con un 29%; alfajores con un 26,5%; y conservas frutas y hortalizas con un 22,9%.
En cambio, hubo manufacturas regionales con variaciones positivas comparadas al año anterior como porotos, con un incremento de 73,8%; aceitunas con un 51,7%; limón con un 69,4%, naranja con un 37,6%, arroz con un 49%; y pesca con un 16%.