El escenario, como en tantos otros sectores de la economía nacional, es por demás complejo. A pesar de la liberación de los precios por parte de la Administración Central, desde que la alianza Cambiemos tomó las riendas del Estado, la información aportada por la Confederación de Entidades de Hidrocarburos y Afines (Cecha) da cuenta de que el 25% de aumento del precio de los combustibles no alcanzó para paliar los efectos de la inflación y los aumentos de los servicios, principalmente de la luz y el gas que se sintieron en gran medida en la región central de país pero también hicieron estragos en lugares más alejados de Capital Federal.

A esto, se suman los acuerdos salariales concretados durante 2016, donde los trabajadores del sector lograron una mejora de entre el 38 y 40%, similar a la pauta inflacionaria real de 2016.

Por otra parte, el “enfriamiento” de la economía impulsado desde la Casa Rosada, plasmado en la caída del consumo generalizada en los sectores medios y bajos generó un descenso en las ventas de combustible del orden del 6% en términos generales en a nivel nacional.

Estos “datos duros” se conjugan con otros elementos de coyuntura que se resuelven lejos de los ámbitos de acción de los empresarios del sector, como las inevitables consecuencias que generan los “años electorales” en decisiones clave que deben afrontar los gobiernos.

En ese sentido, los estacioneros ven con preocupación las últimas expresiones públicas de funcionarios de distinto rango de la Nación que han puesto en duda la concreción del aumento acordado entre el Estado y las petroleras para abril de este año. Por estas horas, no hay fecha concreta para la implementación de la actualización tarifaria del 8% consensuado entre las partes, lo que constituye un dato poco alentador para los propietarios de estaciones de servicio.

El plus, una posibilidad

Ante este panorama, los empresarios barajan alternativas. La vuelta con nueva denominación del viejo “servicio de playa” es una idea que surgió en reuniones que en los últimos días viene manteniendo la cámara empresarial para tener un panorama generalizado de lo que ocurre en todo el territorio nacional.

En ese marco, se analizan tanto el aumento de los fletes que complican a las estaciones de servicio más alejadas del centro del país, como el incremento en el precio del gas, que provoca inconvenientes en aquellas que comercializan ese producto además de los combustibles líquidos.

Se estima que con un “plus” de 50 centavos por litro, las estaciones de servicio recuperarían márgenes de rentabilidad que les permitiría continuar con la actividad, fundamentalmente aquellas que por sus volúmenes de venta se encuentran en el rango “promedio”.

“A nadie le interés cobrar un adicional al precio del surtidor, pero la situación es muy compleja y lo que queremos evitar es la continuidad de un proceso de caída de la rentabilidad en el sector que produjo, en los últimos 10 años, el cierre de 2500 estaciones de servicio”, resumió el titular de la Cámara de Expendedores de Combustibles y Afines del Chaco (Cecach), Oscar Gaona, ante la consulta de NORTE, y estimó que las definiciones llegarán “de la mano de los acuerdos que se logren entre el Gobierno, los empresarios, las petroleras y los trabajadores; que son los cuatro actores que participan de esta discusión”.

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